Temperamento sentimental y tendencias sexuales. Segunda parte.

14.08.2021

Por: Mariano Cañizares Parrado.

A raíz de muchas preguntas formuladas por mujeres sobre las tendencias sexuales del temperamento sentimental; hice un comentario en el artículo anterior: "Cuando alguien del sexo femenino busca permanentemente en el hombre lo que le sobra a su propio sexo. Es decir: Delicadeza, dulzura, cariño, afecto, cortesía, amabilidad, suavidad, galantería, etc. por ser realmente tan escasas en el sexo masculino. Si tiene tendencia a un temperamento sentimental, empezará criticando sin compasión a los hombres, y terminará inclinándose a encontrarlas en su propio sexo".

Al culminar las investigaciones dirigidas a las distintas subestructuras de la personalidad y el comportamiento sexual (año 1984). En el temperamento sentimental concluí: "No todas las mujeres con este temperamento les gusta su propio sexo, pero si casi todas las que deciden poner en práctica la homosexualidad tienen este tipo de temperamento".

En un artículo publicado en este mismo periódico el día 7 de noviembre de 2017 titulado: "Los hombres somos culpables" (Aquí lo puede leer). En una historia contada por una mujer con temperamento sentimental y que a su vez practicaba la homosexualidad; me formuló una pregunta muy interesante: ¿Será que lo tanto buscado por la mujer en el hombre está tan escaso, porque es exclusivo del sexo femenino?

Con esta interrogante sólo me reafirmé a mí mismo: Si una mujer portadora de un temperamento senti­mental, coincidentemente contrae relación amo­rosa con un hombre carente de galantería y delica­deza, tiene muchas probabilidades de llevar a vías de hecho una relación homosexual y si sus prin­cipios morales y sociales se lo impiden, y sus imágenes oníricas son insuficientes, entonces buscará practicar con cierta frecuencia, las viven­cias ocasionadas por la pornografía de corte les­biano. Más, nunca sería propio de estas personas, una conducta parafílica.

Quiero hacer una salvedad sobre la homosexua­lidad. Respeto mucho el criterio ajeno. Hay Psi­quiatras y Psicólogos que la clasifican como una parafilia. Políticos agregando la palabra perversión y rechazo escrupuloso. Religiones que la conside­ran un comportamiento anormal, porque está su­puestamente en contra de las leyes naturales de la vida y la existencia humana. Sexólogos aceptándo­la como una conducta de elección, para compartir nuestra vida íntima con otro ser. Padres y fami­liares concibiéndola como un acto de resignación para no abandonar a un hijo (a), producto de su preferencia sexual. Yo en lo particular la considero como una variante de la sexualidad, donde todo ser humano tiene libertad de elección, siempre que no altere el equilibrio personal y social.

No es lo mismo tener una relación homosexual, que convertir este acto en un comportamiento pro­miscuo y escandaloso. No es necesaria la ostentación. Cuando uno ama, es suficiente compartirlo con el ser amado. Cualquier otra conducta puede caer perfectamente en un exhibicionismo tipo dog­ging o cancaneo, el cual sí está contemplado dentro de las parafilias.

Como siempre. Un abrazo para todos y uno para mí, y que Dios nos siga protegiendo.

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