Temperamento apático y tendencias sexuales.

30.08.2021

Por: Mariano Cañizares Parrado.

La principal característica de este temperamento está dada por su insuficiente comunicación, el cual en muchas ocasiones se hace difícil preci­sar, si es por cierto nivel de contrariedad implícita en sus rasgos predominantes de personalidad, o si se trata del poco valor afectivo sentido hacia sus similares.

Si alguna vez en la vida conoce a un apático di­ciendo que tiene ganas de conversar con alguien, algo anda mal. O hasta ese día tuvo un comporta­miento fingido, o está profundamente alterado del sistema nervioso, producto de algún estimulante ingerido en contra de su voluntad.

Su baja emotividad, coincidente con un siste­ma nervioso débil, dificulta saber con exactitud si la apatía es prepotencia, indiferencia o amor por la soledad. Al respecto, quizás estén un poco más avanzados que el resto de los temperamentos, por­que siempre he sido del criterio que vivir en "civili­zación", implica pagar un precio muy alto, equiva­lente al dolor y el sufrimiento.

La ausencia de flexibilidad del pensamiento crí­tico, unida a su hermeticidad emocional, hace del apático una persona aparentemente estable, sien­do todo lo contrario. Su comportamiento responde a la evasión del cambio, buscando evitar tener que adaptarse a otro medio social diferente, el cual, sin dudas, provocará ansiedad, tristeza y depresión.

Su ecuanimidad es relativa, porque está en de­pendencia de si es apurado por alguien en el cum­plimiento de cualquier tarea, ya que en ellos pre­domina la pereza, matizada por la obstinación y la terquedad. No quiere decir que sean tan incapa­ces, sencillamente la pasividad mezclada con la inacción y el amor a la rutina, como patrón elegido para enfrentar la realidad, los convierten en exper­tos para lograr desestabilizar un colectivo, dado el desgano permanente.

Para ellos la libertad del perdón está ausente, porque son rencorosos hasta la muerte, sobre todo, cuando de alguna forma sienten que su manera muy particular de comportamiento, ha sido some­tida a una crítica no constructiva, según la apre­ciación personal.

Son personas que proyectan los fracasos del pa­sado como una amenaza fatal hacia el futuro.

Miran la realidad con anteojos oscuros, por eso todo les parece gris. Su pesimismo es tal, que aun­que los días estén soleados, los pueden percibir como un preludio de grandes tormentas. Todo este mundo controvertido hace del apático una persona poco divertida y callada.

Es el temperamento más triste y solitario de to­dos. Si por casualidad deben vivir en relación con otras personas, serán menos infelices, en la misma medida en que nada le exijan quienes le rodean, porque ellos no desean ni se divierten viviendo en sociedad. Cuando su espacio es invadido sin su consentimiento, pueden llegar inclusive a la agre­sividad verbal y física.

La filosofía de este temperamento tiene sus ba­ses teórico - prácticas, en la presencia del deseo de no hacer muchas cosas útiles a la sociedad.

Estos rasgos típicos de los apáticos los someten con frecuencia a hostigamientos y persecución bur­lona, en distintas etapas de la existencia humana (escolar, laboral y social fundamentalmente), por­que sencillamente son distintos, lo cual se percibe como inadaptación.

Ante actos violentos generalmente se muestran calmados, distantes, separados de todo tipo de compromiso; sin importarles mucho que un ser querido esté involucrado en una situación conflicti­va. No obstante, cuando logran formar una familia, si existe comprensión y paciencia por parte de la pareja, suelen ser sinceros y leales.

Su baja emotividad, afecta de manera conside­rable los procesos cognoscitivos. Esencialmente el pensamiento lógico, donde la capacidad de abstrac­ción, análisis y síntesis están afectadas, mostrando pobre rendimiento en las actividades intelectuales. La formación de conceptos es notablemente pobre.

Teniendo en cuenta todas las características descritas; típicas del temperamento apático, no po­demos concebir la presencia de comportamientos sádicos, masoquistas, exhibicionistas, voyeuristas y froteuristas fundamentalmente. Sin embargo, si se hacen extraordinariamente comunes los sentimientos zoofílicos: No nos referimos al acto carnal, sino más que todo, a cierta sensación extraña, que va más allá de una simple caricia. Espe­cialmente con la raza canina.

A continuación, tiene la posibilidad de conocerse con más precisión. Sólo debe responder algunas preguntas. En esta oportunidad no lo conteste con lo primero que le venga a la mente. Hágase una verdadera introspección (mirada hacia adentro), y después proceda. Si lo hace de esta manera. Sea cual sea el resultado. No lo dude. Usted es así.

Cada pregunta que responda con un (SI), le sumará 10 puntos. (A VECES), obtendrá 5 puntos, y los (NO), equivalen a 0 puntos.

  • ¿Le da poco valor afectivo a su relación social?
  • ¿Tiene necesidad de ingerir algún alcaloide?
  • ¿Siente un gran amor por la soledad?
  • ¿La gente lo percibe como una persona ecuánime, pero usted sabe que es todo lo contrario?
  • ¿Cuándo alguien intenta interrumpir su privacidad, le molesta demasiado?
  • ¿Es una persona que le cuesta trabajo olvidar las ofensas?
  • ¿Sin usted pensarlo, los fracasos del pasado le amenazan el futuro?
  • ¿Es usted una persona poco divertida y callada?
  • ¿Es del criterio que su relación con una mascota es más sincera y atractiva que con un ser humano?
  • ¿Ha sido usted objeto de bulling en alguna etapa de su vida?

Conserve el resultado de este pequeño test (no cambie su puntuación original). Cuando haya terminado de leerse los 8 tipos de temperamento que publicaré. El de mayor puntuación será su caracterización temperamental, el cual irá acompañando a sus fantasías sexuales. No lo dude. El inconsciente a veces nos traiciona.

Como siempre. Un abrazo para todos y uno para mí, y que Dios nos siga protegiendo.

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