Subestructuras de la personalidad. Quinta parte.
Por: Mariano Cañizares Parrado.
DIRECCIÓN Y ORIENTACIÓN: (Biopsicosocial). Esta subestructura es posible constatarla con nitidez y objetividad, cuando de base existe la suficiente inteligencia, por tanto, esta es su condicionante biológica.
Desde el punto vista psicosocial representa el conjunto de valores éticos y su modo de expresión en la sociedad que lo ha formado. Ejemplo: Siendo un nativo cubano, aunque se vaya a vivir para Alaska; todos conocerán con total precisión que se trata de un caribeño, con los matices adicionales de los principios psicológicos y filosóficos del régimen imperante durante el desarrollo de su personalidad. Es tan fuerte este precepto teórico, que aunque no simpaticemos con el sistema social interviniente en el proceso referido, siempre estarán presente sus principios generales, como el modo social más auténtico, en cada una de nuestras actitudes.
La dirección y orientación de la personalidad es el terminado biopsicosocial de la personalidad. Es el camino o rumbo a tomar, después de formados los rasgos más estables. Es la guía de nuestras aptitudes y actitudes. En ella se expresan los niveles de autovaloración y autorrealización personal, familiar, educacional, laboral, sexual y social.
Es la acción y efecto de orientar la personalidad, hacia donde están las mayores probabilidades de objetivación de los motivos dominantes de conducta.
Es la disposición para demostrar a cada minuto de la existencia, quiénes somos, hacia dónde vamos y qué haremos, en dependencia de los méritos e influencias negativas, asimilados durante el desarrollo y formación de nuestra personalidad.