Secretos de la biología humana.

10.03.2015

Por: Mariano Cañizares Parrado.

¡Cómo manipulamos la mente para hacer del cuerpo un prisionero de sí mismo! Es bochornosa esta tendencia en la medicina supuestamente adelantada de esta sociedad "moderna y civilizada".

Tratamos a todos como iguales, sin tener en cuenta que cada uno es totalmente diferente al otro. Como dije en mi libro "Quien me lee no enferma", en la página 52: "Todo ser humano es una individualidad, irrepetible e imposible de imitar". Es lamentable entonces, que los medios de difusión masiva utilicen personalidades reconocidas socialmente, para sugerir una medicación por igual para todos.

Tenemos un ejemplo evidente. Hay varias artistas que se prestan para publicitar el Caltrate, pero lo más interesante es cuando aseguran que todas las mujeres deben consumirlo obligatoriamente después de cumplidos los 30 años. Realmente bochornoso.

Yo atiendo más de 250 mujeres mensualmente. Aproximadamente 190 tienen más de 40 años, y un 41% de ellas está consumiendo calcio con vitamina D, sólo porque ya pasó al bando de las "viejas", como dije en artículos anteriores.

A estas pacientes les he sugerido hacerse un estudio de laboratorio, dirigido a constatar los niveles de calcio y vitamina D en sangre, así como estudios de la hormona paratiroidea, en cuatro momentos:

  • Mientras están consumiendo el medicamento.
  • Quince días posteriores sin su ingestión.
  • Tres meses después de su abandono definitivo.
  • Pasados los seis meses.

Los resultados eran esperados:

  • Tomando la medicación, los niveles de calcio y vitamina D estaban muy por encima de la necesaria concentración de este mineral nutriente mayoritario y de su acompañante.
  • A los quince días, aún estaban en límites superiores.
  • A partir de los tres meses, los niveles se regularon a la normalidad.
  • A los 180 días la concentración se mantenía idéntica a la toma realizada a los tres meses. Muestra evidente de que la ingesta de este medicamento era totalmente innecesaria. Más teniendo en cuenta que la (PTH), siempre estuvo funcionando a la perfección.

Ante esta barbaridad se impone explicar con lujo de detalles las consecuencias para la salud, cuando estamos en presencia de una hipercalcemia.

Todos conocemos que el calcio es un mineral nutriente mayoritario esencial, el cual es imprescindible para una óptima formación y desarrollo de los tejidos óseos y musculares. Así como garantiza la secreción de hormonas importantes en el mantenimiento eficiente de muchas funciones corporales, sobre todo del cerebro y los distintos sistemas nerviosos.

A pesar de toda esta evidente necesidad de mantener niveles adecuados de calcio y vitamina D en sangre, hay que tener mucho cuidado con los excesos en su ingestión, sobre todo cuando están indicados innecesariamente. Por tal motivo, no sólo he suspendido esta medicación, sino además he prohibido la ingestión de lácteos, la cual es totalmente innecesaria en los seres humanos.

En mi libro "Quien me lee no enferma" a partir de la página 66, dediqué un capítulo completo para explicar el por qué es totalmente incorrecto el consumo de lácteos desde el punto de vista nutricional. Su contenido se desarrolla bajo el título: ¿Alguna vez ha visto una vaca tomando leche?

La hipercalcemia resulta extraordinariamente peligrosa para el mantenimiento de la salud humana. Su diagnóstico positivo puede ocasionar múltiples trastornos del sistema digestivo, función renal, colon, alteraciones del sistema esquelético como: escoliosis, espondilosis, arqueo de los hombros hacia adelante, discopatía, dolores de los tejidos óseos y como si fuera poco, fracturas por cristalización.

Pero lo más importante desde el punto de vista fisiológico es la aparición de las molestas fasciculaciones musculares, asociadas a debilidad de los músculos afectados.

La hipercalcemia, cuando se ha mantenido durante un tiempo prolongado, alcanza a provocar quistes óseos y hasta la propia osteoporosis.

El cuerpo y la mente, como hermanos gemelos se afectan el uno al otro, ante cada acontecimiento de la vida. Por tal motivo, es muy frecuente la asistencia de pacientes a mi consulta, padeciendo depresiones, irritabilidad, astenias, dificultades en la concentración de la atención, con afectaciones graves en la fijación de los estímulos a recordar y adicionalmente, una desmotivación sustancial ante estímulos muy normales para cualquier persona en estado emocional equilibrado.

Lo más chistoso y a la vez indignante, es que estos pacientes tienen indicado el consumo de calcio innecesariamente y como si fuera poco, adicionalmente se les medica con ansiolíticos y antidepresivos para lo que está provocando un medicamento mal recetado.

Que fácil resulta indicar un examen de laboratorio para conocer los niveles de calcio sérico, concentración de vitamina D y un eficiente estudio de los niveles funcionales de la hormona paratiroidea.

En su defecto amamos pasionalmente la densitometría, una prueba extraordinariamente cuestionable, cuando es validada ante un examen clínico y de laboratorio riguroso.

No quiero profundizar más en el tema de la densitometría, porque en mi libro "Soy neurótico, pero me encanta", le dediqué un capítulo completo, donde concluyo: "Si no fuera por lo ofensivo que puede ser escribir un libro sobre la osteoporosis, lo haría con mucho gusto, titulándolo: La osteoporosis, un negocio sin límites. Regalo la densitometría para vender el calcio".

Un tema como este requiere terminarlo con una sugerencia científica: Basta conocer que una alimentación con tendencia alcalina y una frecuente exposición al sol antes de las 9:00 de la mañana o después de las 4:00 de la tarde, garantizará sin temor a equivocación, altos niveles de concentración en sangre, tanto del calcio como de la vitamina D. Sin embargo, todos sabemos que resulta más fácil hacer una receta, que dedicarse con seriedad al estudio de la bioquímica de los alimentos.