Neurosis de la orina.
Por: Mariano Cañizares Parrado.
Los seres humanos nunca
hemos estado menos locos, lo único que ha cambiado son las formas de expresión
de las locuras.
Desde la antigüedad la orina se utilizaba para cosas totalmente disparatadas, bajo el nombre de orinoterapia. La historia es tan antigua (cinco mil años antes de Cristo), como extensa, ya que existen libros con más de 100 capítulos, sobre el uso de la orina en diferentes enfermedades.
Todos sabemos lo que es la orina; hasta los niños desde que tienen uso de la razón, conocen con absoluta precisión, que ante todo, es una asquerosidad. No obstante, desde el punto de vista descriptivo y conceptual, podemos definirla como un líquido de color medio amarillo, secretado por los riñones y eliminado del cuerpo humano gracias al aparato urinario, porque si no, guardaríamos eternamente una enorme cantidad de subproductos tóxicos, derivados de los alimentos y químicos variados, no incorporados a la estructura celular.
Lo cierto es que siempre me pareció un disparate y desde el año 1984 vengo realizando estudios longitudinales con personas atendidas con esta "terapia". Cuando llegan a mi consulta les indico estudios de laboratorio. Una vez tomadas las muestras de sangre, orina y heces fecales, les ordeno eliminar la ingesta de orina durante 28 días, donde volvemos a tomar muestras similares. En esta oportunidad comparamos los resultados y volvemos a indicar el consumo de orina de manera regular; volviendo a realizar estudios a los 28 días, con su correspondiente comparación y por supuesto, todas bajo procesamiento estadístico matemático de alto rigor científico.
Los resultados, al menos para mí, eran totalmente esperados. Siempre me pregunté. ¿Cómo es posible utilizar la orina para curar una enfermedad, cuando ante todo, es lo que el organismo ha eliminado, precisamente porque no le es necesario?
¿Si las distintas células de nuestro sabio cuerpo, las desecharon una vez, por qué la mente medio loca desea imponerlo?
De acuerdo a una revisión bibliográfica extensa sobre esta irracional técnica terapéutica, tomé como indicadores experimentales las concentraciones residuales elevadas. Lo que es igual a decir desechos tóxicos: Ácido úrico, potasio, magnesio, calcio, amoníaco, sal, sodio, cobre, flúor, yodo, hierro, zinc, cloro, ácido fosfato, ácido láctico.
Además de una enorme cantidad de efectos secundarios como: Alergias, sobre todo epidérmicas y respiratorias, dolores variados, inflamaciones de las mucosas gástricas y de las encías, calambres en cualquier zona del cuerpo, pero sobre todo, en los miembros inferiores, mareos asociados generalmente a vómitos frecuentes, heces fecales líquidas, a veces tan intensas, que se necesita tratamiento para evitar posible deshidratación y como si fuera poco, la persona se siente cansada y con sueño a cualquier hora del día.
Como dato adicional fijémonos en la lista de los distintos residuos encontrados en la orina de pacientes que consumen este líquido por vía oral: Se encuentran presente diez minerales nutrientes (K, Mg, Ca, Na, Cu, F, I, Fe, Zn, Cl), dentro de ellos cinco son mayoritarios (K, Mg, Ca, Na, Cl).
Al realizar el estudio de las concentraciones de estos minerales en sangre, mientras se estaba bajo los efectos de la orinoterapia, todos resultaron elevados, por encima del límite superior. Sin embargo, en el estudio experimental realizado con la suspensión de la terapia, inmediatamente se regularon a límites de normalidad.
No necesito comenzar a explicar con lujo de detalle, los distintos efectos secundarios mencionados anteriormente. Es sin dudas, el resultado de un desbalance considerable entre los niveles de los distintos nutrientes necesarios al organismo humano, con el fin de garantizar el equilibrio de todos los campos biomagnéticos de los órganos internos.
Además, se encontraron otros componentes químicos de importancia sustancial, cuando de posibles desequilibrios biológicos se trata, especialmente el amoníaco, capaz de provocar severos daños al sistema respiratorio, irritación en la piel y gastritis, como consecuencia del daño provocado a las mucosas gástricas.
Un elemento importante, encontrado bajo condiciones experimentales, fue la disminución sustancial de los niveles de oxigenación, cuando se estaba bajo los efectos de la terapia con orina. Por tanto, es una total locura plantear, que puede ser efectiva en el tratamiento del cáncer.
Las células cancerígenas no se desarrollan en medios oxigenados y evidentemente la orinoterapia afecta la concentración de oxígeno en sangre arterial.
Además, al ingerir la orina por vía oral, pudimos observar concentración de nitrosaminas en las mucosas gástricas y en los drenajes biliares. Sustancias responsables del cáncer de estómago, esófago, colon y duodeno, fundamentalmente.
Como cada día compruebo que estamos viviendo en un mundo completamente enloquecido, he apelado a mi aptitud de poeta, con el fin de disminuir los niveles de tensión psíquica en mis lectores. Por ello he compuesto este pequeño cuarteto.
En este mundo neurótico
La vida es un disparate
En la calle anda el psicótico
Y el sano está en Monserrate.
Para mis lectores. Si no son colombianos, les comunico que Monserrate, es una prestigiosa Clínica Psiquiátrica, ubicada en el norte de Bogotá.
Finalmente, este es un
artículo profiláctico, con el fin de librarnos de que algún día, a alguien se
le ocurra indicarnos una terapia de heces fecales para evitar las caries en
nuestros dientes. Más que todo lo hago, defendiendo a aquellas personas portadoras
de diverticulitis, porque desafortunadamente no podrán condimentarlo con
cebolla, tomate y pimentón.