La mujer y el hombre ¿Quién es mejor?
Por: Mariano Cañizares Parrado.
¿Quién es superior; el hombre o la mujer? Cuando Dios creó a Adán y a Eva, no los concibió superiores el uno al otro. Sencillamente los hizo diferentes. Gracias a Dios, si no el aburrimiento destruiría rápidamente la estabilidad de la pareja. No hay nada más terrible que la rutina; ella mata hasta el espíritu creativo de los seres humanos.
Dios pensó en el hombre como un ser más fuerte, con más energía física, con más capacidad pulmonar, con más glóbulos rojos...etc. Le dio la tarea de cultivar los huertos y cosechar los productos. El hombre debía traer todo al hogar. La mujer sin embargo, la concibió más frágil, pero no menos capaz, por eso le dio la responsabilidad de amar, de ofrecer ternura, comprensión, cariño, delicadeza... Le dio además la enorme responsabilidad de ser madre, que en definitiva es, el privilegio más preciado de la vida.
Basado en estos preceptos, los hombres nos hemos creído que somos invencibles, omnipotentes... Queremos gobernarlo todo. Utilizamos la fuerza para maltratar a un ser más débil físicamente, pero nunca nos damos cuenta que la irritabilidad comienza donde termina la razón. Esto demuestra que somos más irritables sencillamente, porque somos menos inteligentes y al vernos vencidos, apelamos a la violencia para imponernos. No podemos percatarnos (precisamente por nuestra ignorancia), que la fuerza no es razón, debemos utilizar la razón para medir la fuerza.
Supongamos que el hombre es de acero, por tanto es fuerte y consistente; mucho más que la porcelana, pero no por ello es superior. Un ser humano puede hacer una bola de acero para defenderse. Fabricar armas para matar (muchas veces sin razón alguna), pero nunca podrá fabricar una taza tan linda, frágil y admirada, como se puede hacer con porcelana. El acero es la fuerza; no la razón. La taza es donde podemos beber un riquísimo café, al tiempo que compartimos nuestra vida hablando de cosas hermosas como: planes para el futuro, tener hijos y educarlos bajo las leyes de Dios, hablar de la suerte (siempre con espíritu positivo)...La mujer es amor, ternura, romance, intuición. Es la paz. Estas características las hacen seres superiores, porque el que sabe amar está protegido ante las amenazas, tiene armas para mitigar el sufrimiento y una inmensa seguridad para enfrentar el futuro. Entonces, a los hombres sólo nos queda ser más analíticos, prácticos, objetivos... Saber utilizar correctamente estas cualidades que no poseemos, para el bienestar de un mundo mejor.
Cuando era niño (hace muchos años), me gustaban unos muñequitos donde corren una tortuga y una liebre. La liebre es el hombre; impulsivo, agresivo, rápido, prepotente y porque no hasta arrogante. Sin embargo, a la mujer la caracterizan cualidades inigualables como: su constancia, estabilidad, flema, alto grado de comprensión y tolerancia. No ganan en la vida los impulsos. En esos muñequitos ganó la tortuga.
A la mujer se le pregunta. ¿Qué es lo que más admira del hombre? No tiene que pensarlo; rápidamente responde: "que sea seguro de sí, decidido, inteligente y muy romántico". ¡Que hermoso! ¿Por qué no somos capaces de comprender estas actitudes? ¿Por qué estas expresiones tan amorosas no nos hacen reflexionar? Por ejemplo, si nuestra señora se arregla el cabello y cuando regresa no nos damos cuenta. Con humildad incomparable al poco rato nos dice -¿me quedó lindo? Y se replica -"no... no me quedó lindo"... ¿Por qué no somos lo suficientemente astutos, como para darnos cuenta, que está pidiendo a gritos elogios, caricias? Que le digamos, "estás más bella que nunca" Sin embargo, nos encanta que permanentemente pidan protección (como si fueran inválidas), que las representemos (como si no tuvieran capacidad para convencer), que las aconsejemos (como si no contaran con suficiente decisión para enfrentar la vida) ¡que pobres de mente y espíritu somos los hombres! ¿Por qué mejor no pensamos en compartir con igualdad de condiciones, un abrazo, un mimo, un beso...? ¿Por qué no somos capaces de comprender que la mujer es amor? Entonces, les gusta que la tratemos como a un bebé (con todo el cariño del mundo), que la carguemos, le hagamos cosquillas por todo el cuerpo, los pies, las piernas, la espalda, el cuello y finalmente terminar con un beso romántico, lleno de pasión y ternura.
Por mi condición de especialista de la mente humana, conozco que el hemisferio derecho del cerebro humano, es el dominante en la mujer y a la vez responsable de algunos procesos psicológicos como: emociones, sentimientos, deseos, pasiones, sensaciones extrasensoriales, intuición... etc. ¿Por qué los hombres no reconocemos estas cualidades y las tomamos con amor, para poder ver con más claridad aquello que no está al alcance de nuestra vista? Así evitaríamos con seguridad, los conflictos, las agresiones, las amenazas y las guerras, que sin duda alguna, son responsabilidad de las decisiones torpes e impulsivas del sexo masculino en un 99.99%.
Soy hombre. He tenido el gran privilegio de tener tres
hijos, de ocupar altos cargos de dirección, tanto políticos como
administrativos. He tenido la enorme responsabilidad de dirigir mujeres y el
inmenso privilegio de escucharlas durante 64 años. Por eso me creo con toda la
experiencia y conocimientos como para asegurar, que si las mujeres gobernaran
el mundo, reinaría la paz y el amor y los hombres dejaríamos de ser mendigos de
sí mismo.