Sexo y miel de abejas.

19.11.2019

Por: Mariano Cañizares Parrado.

Este es uno de los productos naturales más ricos en múltiples nutrientes. En mis estudios de laboratorio, donde he llegado a descubrir en condiciones experimentales todas las propiedades curativas de la miel de abejas, he arribado a la conclusión que si este extraordinario producto no fuera agresivo a la estabilidad de la glucosa y del peso corporal fundamentalmente, cualquier ser humano podría subsistir casi una vida, sólo con ella, sin el acompañamiento de otros alimentos.

Es tan benévola para la salud, que si el consumo está asociado a una dosis adecuada de actividad física por día, tampoco representa un peligro para lograr el equilibrio del adecuado peso corporal. Sólo es necesario tener presente que por cada 100 gramos de miel, estamos agregando a la alimentación diaria un aproximado de 325 Kcal, las cuales exigirán ser gastadas adicionalmente en nuestras actividades diarias.

La miel contiene adecuados niveles de glucosas, proteínas, minerales, ácidos grasos y vitaminas. Así como una apreciable cantidad de enzimas naturales, que al mezclarse con las enzimas orgánicas secretadas por las mucosas gástricas, facilita un adecuado y rápido proceso digestivo. Sólo basta saber cómo combinarla con otros alimentos y cuáles son los mejores horarios para el consumo.

Con respecto a la concentración de glucosa en la miel, resulta la más valiosa, sobre todo para deportistas, porque al ser de rápida asimilación y poseer un altísimo nivel calórico, repone con mucha efectividad el consumo de glucosas exigido por las actividades deportivas de alto impacto.

La miel además tiene muchas propiedades analgésicas, antibióticas, antiinflamatorias, laxantes, reconstituyente y antienvejecimiento.

El contenido glucémico de la miel de abejas está concentrado fundamentalmente en levulosa (fructosa) y dextrosa, las cuales agrupan un aproximado del 90% de todos los carbohidratos de la miel. Además contiene maltosa y sacarosa. En total, este producto está compuesto por 79% de azúcares de diferente naturaleza química; lo cual la convierte en uno de los alimentos más energizantes.

En el año 1974, formé parte de una investigación realizada en una empresa de apicultura, en la Provincia de Sancti-Spíritus, Cuba. En cada una de las muestras tomadas se detectó algo extraordinariamente curioso: La composición química de la miel variaba en dependencia de la región donde estuviera ubicada. Es decir, el contenido químico del terreno donde se cultivaron cada una de las especies de flores a las cuales las abejas le succionaban el néctar. Éste también variaba de manera permanente, porque dependía del tipo de flor.

Estos estudios se realizaron antes de manejar la miel con cualquier elemento químico para su conservación. Era un producto completamente natural; tal y como lo elaboraban las abejas en su panal. De ahí el alto nivel de confiabilidad, porque el almacenamiento, aunque no cambia sustancialmente el contenido calórico, sí hace variar los distintos niveles en los azúcares. Es conocido que en casi la totalidad de las veces aumenta la concentración en disacáridos y disminuye su pH, siendo menos beneficiosa para la salud, sólo por el de cursar del tiempo.

Por tal motivo, siempre recomiendo a mis pacientes evitar la compra de miel en mercados, debido a que los niveles de fermentación en su manejo, pueden ocasionar inclusive la aparición de altas concentraciones de alcohol y de ácido acético, con los mismos daños probables para todas las células del cuerpo.

La miel acabada de extraer del panal es uno de los alimentos más ricos en minerales nutrientes. Prácticamente los posee todos: Calcio, potasio, magnesio, sodio, fósforo, hierro, azufre, cobre, manganeso, cloro, cromo, zinc. Cuando este producto ha sido elaborado por abejas que han succionado la flor del romero, también incluye el iodo. Es decir, estamos en presencia de un nutriente que contiene la mayoría de los minerales, tanto mayoritarios como minoritarios. Creo que ningún otro alimento sobre la tierra los posea.

Adicionalmente contiene Sílice, compuesto de silicio y oxígeno, extraordinariamente valioso para la formación del colágeno y la elastina.

En mi larga vida profesional he atendido muchos pacientes con el síndrome de Ehlers Danlos (SED). Enfermedad representativa de un conjunto de alteraciones genéticas, donde se evidencia un insuficiente nivel de colágeno. A pesar de que toda la bibliografía científica confirma la cronicidad e irreversibilidad de esta enfermedad, estos pacientes cuando han aumentado el consumo de miel de abejas, han disminuido de manera sustancial la sintomatología, sobre todo aquella dirigida a la dislocación ósea de sus articulaciones.

De todos es conocido que el colágeno es la proteína que le otorga consistencia a los distintos órganos y tejidos, mientras que la elastina evita la fibrosis, por tanto regala una agradable elasticidad a las partes sólidas de nuestro cuerpo, como: Piel, músculos, tendones, tejidos conectivos, huesos, órganos...

Toda propaganda televisiva, radial o escrita, menciona la importancia del calcio para evitar la osteopenia, osteoporosis, osteoartritis, o la simple fragilidad de nuestros huesos, pero jamás hablan de cómo fijar este mineral de manera natural. Sin embargo, la sílice contenida en la miel de abeja es la que más facilita la absorción del calcio y la mineralización.

Además, el colágeno y la elastina evitan padecer de bursitis, periostitis, tendinitis, desgarros musculares... Y ayuda al óptimo funcionamiento del Sistema Nervioso Somático.

Los contenidos de la miel de abejas son muy fáciles de digerir, porque ellos en sí contienen múltiples enzimas naturales, las cuales al unirse a las enzimas orgánicas, facilitan el proceso de hidrólisis, y más tarde la absorción de los alimentos ingeridos. Es tan fuerte su efecto en este sentido, que cuando se comen proteínas con papas, yucas, arracachas, boniatos, malangas, maíz... Es recomendable acompañarla con una aromática de manzanilla y yerbabuena, endulzada con miel de abejas, porque una de sus enzimas: La diastasa, acelera el proceso digestivo de los almidones, evitando las alteraciones del colon y facilitando la degradación de estos alimentos hasta convertirlos en sustancias asimilables.

Este proceso facilita el incremento de las energías, mientras que sin él puede representar un gasto adicional, dado lo difícil de digerir las proteínas cuando se mezclan con almidones.

Independientemente a que la miel no es muy rica en vitaminas, sí contiene las esenciales para convertirla en un alimento antioxidante importante, debido a la presencia de vitaminas hidrosolubles como: B y C.

Hoy día las personas estamos muy asustadas por la presencia de químicos tóxicos en la atmósfera y en el suelo donde se cultivan, tanto las plantas silvestres como las dirigidas a nuestra alimentación. Sin embargo, en el caso de la miel de abejas es muy poco probable este efecto dañino, porque antes de llevar el néctar al panal, el insecto está corriendo un enorme riesgo de intoxicación, imposibilitando volar y provocando hasta la muerte, lo cual afortunadamente evita la nuestra.

Con tantas propiedades benéficas y energizantes, no existe posibilidad para la duda. La miel de abejas es un alimento a tener muy en cuenta cuando se pretende lograr y mantener una excelente frecuencia sexual. Placer influyente en la felicidad, eliminando el sentimiento de ser mendigo de sí mismo.