Lo benigno y lo maligno II.
Por: Mariano Cañizares Parrado.
Hoy día los movimientos de extrema izquierda, los cuales después de llegar al poder, con el pasar del tiempo siempre terminan siendo una dictadura, son los principales responsables del control mental maligno. A través de un discurso homogéneo (igual para cualquier rincón del planeta), van movilizando la mente de los más pobres económicamente y menos preparados intelectualmente, al extremo de crear la euforia por el cambio, aunque realmente no se conozca absolutamente nada sobre la esencia de la metamorfosis a sufrir en el futuro.
La utopía fascina y satisface los deseos en el pensamiento, pero la puesta en práctica frustra y genera el conflicto, por lo general terminando en tragedia.
Esa tendencia ha venido desarrollándose desde tiempos remotos. Se debilitó a finales del siglo pasado, donde hubo unos diez años que parecía desaparecer. Sin embargo, América Latina está despuntando con una fuerza casi incontenible.
El capitalismo de extrema derecha, generando desigualdad, pobreza y falta de instrucción, resulta un terreno abonado para el surgimiento de su antítesis social; fortaleciendo las condicionantes del control mental perverso. Acá la esencia del vivir diario se comporta bajo el prisma de anteojos muy oscuros y el adoctrinamiento mental desde los primeros estadios del desarrollo de la personalidad en cada uno de sus integrantes, se hace con el fin de cumplir a cabalidad con los siguientes preceptos:
- Culto a la personalidad del líder.
- Miedo ante el incumplimiento de los principios que deben regir esa sociedad.
- Sometimiento a un control autoritario.
- Imposibilidad de canalizar las inconformidades individuales.
- Imposición del silencio a la oposición.
- Control centralizado de la economía, incluyendo la personal.
- Supuesta igualdad de todos los miembros de la sociedad. Mezclando personas de diferente clase social, lo cual ocasiona conflictos de toda naturaleza.
- Repartición "igualitaria" de la miseria.
Esta tendencia, unida a las sectas religiosas y de hermandad, resultan las más peligrosas en la actualidad, porque las monarquías cada día pierden más adeptos, dado su carácter parasitario y ostentoso.
Otra cosa es el control mental benigno, el cual nos regala herramientas para defendernos perceptualmente de la hostilidad del medio circundante y nos muestra el camino para el autocontrol.
En este mundo neurótico siempre resultarán insuficientes los psicólogos y psiquiatras, cuando nos referimos al tema del estrés, tensión psíquica, ansiedad, tristeza y depresión, porque ya hasta ellos mismos se consultan entre sí.
Los agentes precipitantes y desencadenantes de conductas desordenadas; alejadas totalmente de la autorregulación individual (temas tratados a profundidad en artículos anteriores), resultan demasiado complejos para abordarlos en su integralidad, bajo las condiciones de una consulta especializada. Por tal motivo, resulta imperativo la enseñanza de técnicas suficientes como para alcanzar el autocontrol mental en cada minuto de nuestra existencia.
Los efectos terapéuticos del Sistema RENESPFI y la terapia de los proverbios (métodos desarrollados en su integralidad, en mis libros: "Quien me lee no enferma" y "Soy neurótico, pero me encanta"), establecen con total claridad, cómo proceder según el estado individual de cada ser humano.
En mi séptimo libro, publicado en el año 1991; titulado: "Curando la mente a través del cuerpo", expresé: "Es necesario estabilizar los niveles funcionales de todas las glándulas del cuerpo, por medio del comportamiento de los distintos neurotransmisores; quienes informan a la mente sobre la calidad del equilibrio corporal..."
En todos mis estudios experimentales he demostrado que enseñando al paciente; éste logra encontrar los mejores consejos. Mientras que indicando lo supuestamente lógico para el terapeuta, se evita el encuentro consigo mismo y se mata en gran medida la posibilidad de una verdadera introspección.
En pos de materializar este objetivo, explicaré los ocho pasos a recorrer para lograr el autocontrol mental.
- Alcanzar el equilibrio perfecto con las diez fuentes energéticas que gobiernan al organismo humano.
- Mediante la relajación progresiva, eliminar tensiones psicofísicas.
- Control de los estados afectivos por medio de la voluntad consciente.
- Aumento progresivo de la energía física y mental.
- Conmutación de la satisfacción de los deseos en el pensamiento por el aumento de la creatividad.
- Desarrollo de la consciencia, como máxima capacidad de autorregulación.
- Control de la voluntad y cultivo de las capacidades para frenar prudentemente las posibles causas de una enfermedad.
- Objetivación y autorrealización personal.
En la existencia humana todo es energía, tanto dentro como fuera de nosotros. Por tanto, es preciso establecer los espacios entre el cuerpo físico y el mundo que nos rodea. Dominando a la perfección esta interacción ineludible, habremos dado el primer paso firme en la búsqueda del autocontrol mental, con el fin no de adaptarnos pasivamente a la hostilidad del medio circundante, sino interactuar con él en busca de la perfección bilateral.
Finalmente, sería
bueno no olvidar jamás que el control mental
benigno nos regala herramientas para defendernos perceptualmente de la
hostilidad del medio circundante. El maligno intenta arrebatárnoslas para toda
la vida.