Las adicciones. Artículo introductorio.

21.09.2021

Por: Mariano Cañizares Parrado.

Las adicciones generalmente son el producto de la búsqueda equivocada de compensa­ción, cuando estamos en presencia de esta­dos psíquicos no controlados conscientemente.

Es un mecanismo de evasión a nivel inconscien­te, donde la persona esconde su pobre capacidad autorreguladora ante las emociones, sentimientos, pasiones, conflictos y frustraciones, impuestas como el resultado de su interacción diaria con el mundo que le rodea.

A pesar de que estas personas comienzan a te­ner frecuentes desequilibrios biopsicosociales con la realidad circundante, en los próximos artículos pondré a pensar a la humanidad, sobre la disyun­tiva tan de moda, de si estamos en presencia de un enfermo o un irresponsable.

Cada día vivido me convence más sobre un hecho evidente: Los seres humanos que hemos formado una adecuada dirección y orientación de la per­sonalidad. Lo que es igual a decir: Contamos con valores éticos suficientemente estables, como para respetar las normas sociales primordiales, sin sa­crificio alguno; estamos prácticamente obligados a vivir dentro de nuestro hogar, para poder evitar las consecuencias de los trastornos del comportamien­to, típicos de tantas personas amantes de los vi­cios, no sólo perjudiciales a la salud humana, sino a las más elementales reglas de convivencia.

Cada minuto transcurrido en este mundo total­mente neurótico, acrecienta la cantidad y variedad de vicios y adicciones a las que son susceptibles todos aquellos seres humanos, desposeídos por naturaleza, de sentimientos capaces de considerar con atino, lo esencial en una normal y empática relación interpersonal.

Los derechos humanos de aquellos que compren­demos lo noble de no molestar a nuestro semejante con gustos aberrados, y por supuesto, incómodos para el establecimiento de una buena comunica­ción, están cada vez más opacados, sobre todo, por aquellos que cuentan con la posibilidad de elegir por nosotros, lo que puede resultar correcto.

Todos los artículos que publicaré a continuación serán de cierta manera desagradables para algunos, porque ya los vicios y los gustos de determinados grupos de personas, hacen casi imposible vivir en sociedad, y como si fuera poco, hay muchas organizaciones instando y protegiendo semejantes anormalidades del comportamiento.

Como siempre. Un abrazo para todos y uno para mí, y que Dios nos siga protegiendo.

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