La gripe. ¿Un simple virus?
Por: Mariano Cañizares Parrado.
La gripe es una enfermedad infecciosa, que pocos seres humanos después de nacidos se han perdido el "privilegio" de padecerla, con todos sus "agradables" síntomas, como: Dolores de garganta, musculares (mialgias), cabeza (cefaleas), estomacales, articulares (artralgias), fiebre y un estado de malestar generalizado; pudiendo complicarse el cuadro clínico, en caso de no ser atendida correctamente. De ser así, resulta en extremo peligrosa, cuando evoluciona a neumonía. Sobre todo, en adultos de la tercera edad.
Es un virus muy común. Muchas personas lo tienen incorporado como síntomas normales y transitorios. Sin considerar, que es la enfermedad causante de mayor cantidad de defunciones a nivel mundial, en la historia de la humanidad.
Todos nos cuidamos del VIH, VHS, Papiloma Humano, Mononucleosis Infecciosa, Tuberculosis, Varicela, Rubiola, Paperas, Sarampión... Sin embargo, no se puede explicar el por qué, no tomamos más en serio a las gripes, que además, es uno de los virus de mayor rapidez, versatilidad y capacidad de mutación; resultando en muchas ocasiones un inminente peligro para la vida, aunque estemos bajo asistencia médica altamente calificada.
Lo más importante no es conocer la historia de la gripe, desde su descubrimiento en humanos, por el eminente médico griego Hipócrates (400 a.C.). Lo imperativo en estos instantes, es conocer algunos comportamientos neuróticos, que no sólo dan origen y vida al virus, sino más aun, a su propagación. Convirtiéndose con frecuencia en epidemias.
Las principales causas en la adquisición de un estado gripal, en un porciento elevadísimo están asociadas a irresponsabilidades, tanto de quien la padece y la trasmite, como de aquel que la recoge.
El virus puede estar en el ambiente, pero si tenemos nuestra biología estable, es muy difícil su adquisición. Ahora bien, si mantenemos una alimentación desbalanceada, estamos trasnochando permanentemente, consumiendo bebidas alcohólicas, fumando, sometiéndonos sin cuidado alguno a cambios bruscos de temperatura, mojándonos con agua de lluvia y dejando que ésta se seque en nuestro cuerpo... Sin duda alguna, aumentamos las probabilidades para padecerla.
Por otra parte, se trasmite fundamentalmente, por gotas de aerosol procedentes de la saliva, secreción nasal y la expectoración bronquial, emitidas al hablar o toser cerca de otras personas.
Lo más interesante es, cuando ya "disfrutamos" todos los síntomas antes mencionados. En esos mismos instantes sufrimos una metamorfosis conductual. ¿En qué consiste?
Primero que todo, es como si perdiéramos completamente la sensibilidad, la capacidad de amar y el respeto por nuestros similares. Esto lo demostramos con un sin número de comportamientos neuróticos:
No usamos tapabocas y tosemos sin taparnos las vías respiratorias, aunque sea con las manos, por un simple acto de educación. De esta manera trasmitimos a todos los que nos rodean la enorme posibilidad de padecer el virus.
Lo más agradable en las conductas asumidas al padecer de gripe, es cuando asistimos a un restaurante y no tenemos la delicadeza de ir al baño o simplemente salir al exterior, para limpiar las fosas nasales. No. Es mucho más fácil soplar en la propia mesa, sin importarnos lo desagradable que resulta para todos, y el riesgo que corren otros, por nuestra falta de educación y consideración hacia los que no padecen la enfermedad.
No sé si los estados virales tienen alguna relación con la pérdida de afecto, o con su necesidad exagerada, porque al padecerlos, es cuando más cariñosos nos mostramos: Planificamos visitas para hablar exactamente de lo mal que nos hemos sentido, nos acercamos cuando hablamos, abrazamos exageradamente en el saludo, es cuando más buscamos la comunicación con nuestros semejantes, etc.
¿Será que como ya la tenemos, no nos interesa que otra persona atraviese por nuestros padecimientos y sufrimientos? ¿Es ésta una conducta inconsciente?
No me extraña mucho que no sea tan inconsciente, porque en mi vida profesional he soportado miles de conductas psicopáticas de esta naturaleza: Personas infectadas con SIDA, Sífilis, Gonococo, VHS... Con pleno conocimiento de su padecimiento, teniendo relaciones sexuales sin protección. Muchas veces conociendo perfectamente a la víctima y sabiendo que ese ser humano arriesgado, a lo mejor lo hace hasta por amor.
Este es el más alto grado del egoísmo en un ser humano, es el comportamiento neurótico extremo, es la actitud que no tiene perdón. ¿Por qué habría de ser diferente cuando padecemos un estado gripal y estamos totalmente conscientes, de las probabilidades de contagio con nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo...?
Si
usted por ir a un concierto en horas nocturnas, al aire libre, tomando sereno
toda una noche, saltando, gritando, tomando bebidas alcohólicas, fumando de
manera directa o indirecta, agarra una gripe, lo menos que puede hacer, es
aislarse y respetar la responsabilidad mantenida de quienes lo rodean. Esa es
la mejor manera de demostrarle a sus similares, un poquito de amor para
regalar.