Dos narizones no pueden besarse.
Por: Mariano Cañizares Parrado.
¿Quién puede estar excluido del cuarto tipo de ladrón de energía humana? Se trata de una persona que sin haberla atendido antes, sabemos de una manera casi inexplicable, que nos va a resultar extraordinariamente repulsiva su presencia. Dije, casi inexplicable, porque para hacerlo entender, tenemos que introducirnos en un tema muy complejo: Los campos biomagnéticos.
Desde el año 1986, cuando me dediqué a estudiar profundamente lo que he denominado: "Las Diez Fuentes Energéticas que gobiernan al organismo humano". He cursado 12 postgrados científicos en distintos lugares del mundo, con especialistas chinos, indios y rusos fundamentalmente. Mis investigaciones científicas unidas al conocimiento adquirido, me han hecho madurar y comprender con más profundidad, los efectos de los campos biomagnéticos del cuerpo humano a largas distancias.
Ha costado mucho trabajo que la ciencia reconozca la existencia de los campos biomagnéticos y sus efectos interactivos en el tratamiento de los seres humanos. Inclusive algunos ignorantes del saber alternativo de la medicina, llegan a calificarlo como seudociencia.
Ya son muchos los estudios científicos que justifican los campos magnéticos que producen los seres vivientes. Todo es energía, y nuestro cuerpo está bajo la influencia de corrientes eléctricas, que no sólo garantizan la estabilidad de nuestros sistemas funcionales, sino más aún, proyectan vibraciones que se irradian hacia su alrededor, con tanta potencia como un rayo láser.
Estos campos magnéticos extendidos hacia el exterior de nuestro cuerpo, alcanzan las vibraciones emitidas por otro cuerpo, a veces bastante lejanas. Cuando resultan campos magnéticos iguales, se repelen y es la causa fundamental por lo que un ser humano puede resultarnos insoportable en su interacción. Aquí si se pone de manifiesto el viejo proverbio: "Dos narizones no pueden besarse". Por tanto, cuídese mucho en el análisis que hace sobre las cualidades y características de la personalidad de quién le resulta insoportable, porque estará describiéndose a sí mismo.
Estas personas tienen un temperamento colérico-apasionado, y jamás encontrarán en este selecto grupo, a alguien caracterizado por un temperamento flemático; según mis definiciones, hechas en mi décimo tercer libro: "Enfermedad, desvergüenza y perversión". Páginas de la 125 a la 161.
Y para un mejor entendimiento; en mi noveno libro: "Ladrones de energía". En su página 217, definí bajo el concepto de cómo conocerse sin margen de error, la siguiente expresión: "No existe diagnóstico más preciso de sí mismo, que al conocer a alguien lo cataloguemos como buena persona, pero a la vez, nos resulte repugnante sin saber el por qué".
Como siempre. Un abrazo para todos y uno para mí, y que Dios nos siga protegiendo.
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