Diálogo con la muerte.

Por: Mariano Cañizares Parrado.

Todos los seres humanos estamos sujetos a la influencia de las fuentes energéticas, tanto endógenas como exógenas. Aunque soy un hombre con un optimismo inquebrantable, no por ello estoy exento de reacciones provocadas por esta interacción.

Desde niño pensé ser eterno, aunque sabía que la muerte existía. ¿Cómo lograrlo?

Terminando mi especialización en psicoanálisis, me convertí en el primer sujeto de experimentación en la difícil tarea de programar el inconsciente para producir y recordar ensueños. En busca de tal objetivo, preparé mi mente para tener un diálogo con la muerte. Logré ver aquel esqueleto cubierto con su túnica negra y su guadaña al hombro, y alcancé a borrar las predicciones de las Parcas, porque mi destino lo defino yo.

Fue tan lúcido ese sueño, que al día siguiente sin borrar ni una letra tan siquiera, logré escribir estos versos sin detenerme ni un segundo. Sin dudas, debe haber sido parte del diálogo, donde la muerte se convenció de una vez, que ya era inmortal.

DIÁLOGO CON LA MUERTE.

Vienes a quitarme lo más querido
Sin embargo siento que seré feliz
No importa lo poco que haya vivido
Porque en esta tierra ya tengo raíz.

Tan poco pregunto dónde voy contigo
Porque no tendrás recompensa por mí
No importa el lugar que hayas escogido
Si al infierno me llevas, Dios irá por mí.

Como puedes ver soy un caso perdido
Si te vas y me dejas es mejor para ti
Debes entender que estoy en el sentido
De todos aquellos que en vida conocí.

No pierdas el tiempo vanamente
Eres en mi vida un pobre desliz
Porque mi obra será suficiente
Para si me llevas hacerte infeliz.

Ni la muerte comprendió esta paradoja, porque no es tan inteligente como para entender que la cúspide de la objetivación existencial, sólo se logra pensando que hay hombres que renacen con su muerte.

Como siempre. Un abrazo para todos y uno para mí, y que Dios nos siga protegiendo.

Nota: Poema patentado bajo el ISBN: 978-958-46-0211-4 a nombre del Dr. Mariano Cañizares Parrado.

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