De la fantasía a la realidad.
Por: Mariano Cañizares Parrado.
Soñar no es malo; lo es si nuestros sueños se quedan sólo en fantasías ilusas, sin sentido práctico.
Los primeros nueve años en la vida de un niño, prácticamente definen su futuro, porque en ellos podemos precisar con total nitidez un diagnóstico precoz de su nivel de aspiraciones.
El estudio del campo motivacional no se define a los dieciséis años, como muchos consideran. El adolescente que se le pregunta qué va a estudiar y responde: "No sé". Las posibilidades de grandeza están en desventaja en más de un 70%, con respecto a aquellos que aparentan ser soñadores, pero ya dicen sin mucho pensar las cosas que quisieran lograr en la vida para cuando sean adultos.
En mi libro catorce, titulado: "Alimentos y enfermedades", en la página veintisiete expresé: "Con once años, le dije a mi mamá. Cuando sea grande quiero ser maestro, economista, filósofo, periodista... y estudiar una carrera donde los seres humanos no puedan engañarme. Mi madre sonriendo me miró y exclamó: ¿Te alcanzará el tiempo hijo?".
En este mismo libro hago constar en detalles como a los 35 años, contaba con todos los títulos soñados desde mi niñez, para los cuales mi madre dudó si la vida me alcanzaría. Ya hace veinticinco años que los ejerzo intensamente, con total profesionalidad.
El mecanismo compensatorio de la personalidad tipo satisfacción de los deseos en el pensamiento, no sólo es útil para alcanzar las metas aparentemente fantásticas, originadas en la niñez y adolescencia, sino también en la adultez, específicamente cuando todo parece derrumbarse por la presencia de conflictos dañando la autorrealización personal.
Cuando sus metas se vean obstruidas por cualquier situación negativa de la vida, practique sin temor el mecanismo compensatorio de la personalidad tipo satisfacción de los deseos en el pensamiento. Proyecte su vida hacia nuevas alternativas para llegar al fin, pero con la condición de que ellas no cambien jamás sus aspiraciones originales. El inconsciente no traiciona, porque es auténtico. Aquí las frases: "Lo pensé bien" o "Era muy pequeño y no sabía lo que decía" sólo tienen valor en la búsqueda de la mejor manera para alcanzar las aspiraciones primarias. Ejemplos: Yo no tengo que estudiar ingeniería si lo que me gusta es la medicina.
La satisfacción de los deseos en el pensamiento exige poner a funcionar imaginariamente todos nuestros órganos sensoriales. Requiere haber cumplido con total rigor los pasos previos explicados en artículos anteriores, los cuales resultan requisitos indispensables para lograr con efectividad el tránsito de la imaginación fantástica a la creativa.
Traslade su mente al lugar deseado y haga posible mediante un acto de concentración, experimentar las sensaciones más sutiles de sus deseos. Sienta a través del tacto, olfato, oído, vista y gusto las variadas formas de expresión de la energía existente en el medio externo, las cuales sin usted proponérselo darán origen a sensaciones interoceptivas (recibirá información de sus órganos internos, alertando sobre el nivel de sensibilización con su mundo externo).
No basta practicar las técnicas explicadas para alcanzar el control de la respiración y ejecutar todos los pasos necesarios para eliminar las tensiones psicofísicas; se necesita además tener en cuenta que al éxito sólo se llega si cada paso es dado bajo las sombras de tres grandes árboles: Mucha calma, sobredosis de paciencia y prudencia sin límites. La única manera de comprobar que sí somos portadores de estas tres cualidades, es mediante el auto convencimiento de que:
- La irritabilidad comienza donde termina la razón.
- La agresión física sólo es posible, cuando mentalmente hemos sido vencidos.
- A un cerebro irritado no hace falta vencerlo.
Estos pilares, unidos al amor apasionado por amar, le permitirán alcanzar los sueños más irrealizables. Siempre pensando que el fracaso se convierte en victoria, cuando nuestra postura se viste de valor y esperanzas.
En mi libro número once, titulado: "Soy neurótico, pero me encanta", a partir de la página 361, pueden encontrar 20 hojas en formato grande, hablando sólo de los consejos útiles para hacer realidad la satisfacción de los deseos en el pensamiento. Aquí les ofrezco una apretada síntesis. Quien los ponga en práctica, sin duda alguna será un hombre de éxito.
- No sienta complejos por lo que es, o pudiera haber sido, porque cada persona en el mundo es grande a su propio estilo.
- En cada acto de su vida, practique la sinceridad, por muy dura que sea, siempre pensando en su relatividad, pero sin perder de vista, que la verdad de las cosas sólo se ve en los ojos de aquel que la persigue. Para encontrarla hay que practicar mucho el arte de leer entre letras, con el objetivo de descubrir lo que nos pretenden ocultar.
- No sea indeciso en sus meditaciones y decisiones, porque en el inseguro el entusiasmo se disipa como el humo en la atmósfera.
- Conserve viva su alma racional, aunque los abrojos encontrados en cada camino, sean demasiado punzantes, porque cuando el espíritu muere, poco valen los latidos del corazón.
- Practique la libertad del perdón. Ofrecerlo es un minúsculo granito de arena, ante el inmenso rascacielos de odio para albergar el rencor.
- Sea sentimental, pero sin alejarse de lo práctico en la toma de decisiones difíciles. En este sentido, nunca se traicione a sí mismo (a), porque ese es el peor de los engaños.
- Y finalmente. Jamás invierta un minuto en cosas sin sentido, para no tener que arrepentirse, porque lo más valioso que puede perder el ser humano, es el tiempo.