Conclusión final sobre la Covid-19

16.04.2020

Por: Mariano Cañizares Parrado.

Queridos amigos.

La máxima de mi vida siempre ha sido: Lo positivo sobre la bese de lo positivo. Quiero decir, que hasta en las situaciones más negativas, horrorosas y destructivas. Siempre he tenido una actitud optimista y un comportamiento acorde a este sentimiento de triunfo, el cual me ha llevado a obtener tantos logros en todas las esferas de mi vida. Sin embargo, hoy veo muchas nubes grises en el cielo que cobija nuestra permanencia, dada la presencia del COVID-19.

A pesar de esta pequeña introducción, no piensen que me siento derrotado, pero sí estoy muy preocupado. Creo que un poco más de lo que debíamos estar todos.

El COVID-19 es un virus que ha llegado para quedarse. Por tanto, nos está llevando a pasos agigantados a una encrucijada que pone a nuestra disposición las alternativas posibles para no morir.

1.- No contagiarse. Ese importante detalle exige tomar muchas medidas, tanto de higiene, como de aislamiento. Actuando en cada momento con el predominio de la razón sobre la emoción. Unos ejemplos pueden ser más ilustrativos: Tengo ganas de abrazarte y besarte, pero no puedo. Me molesta el tapabocas, pero no debo descubrir mis fosas nasales.

2.- Si nos contagiamos por cualquier descuido y no lo sabemos, porque estamos asintomáticos, sin querer nos hemos convertido en el PEOR ASESINO que haya existido nunca. Por eso es de tanta responsabilidad evitar el contagio. Aquí los que deben tener mucha responsabilidad son las personas jóvenes, porque su sistema inmune les permite con mucha frecuencia batallar contra el virus y en algunas ocasiones lograr vencerlo. Pero si contagian a un adulto mayor, tiene menos posibilidad de ganar la batalla.

3.-Ya una vez contagiado y con sintomatología, nos queda una sola opción: Evitar enfermar gravemente. En esto no hay ningún misterio. Después de aparecido el estado grave, todos tenemos probabilidades de morir, sin importar edad, raza, sexo o cualquier otra condicionante. Por supuesto, el que tiene una enfermedad preestablecida, estará más cerca de la muerte.

En este sentido hay dos direcciones: UNA. Encontrar con rapidez medicamentos eficientes, para evitar el tránsito del estado sintomático leve a grave. (Este logro es muy probable alcanzarlo). DOS. Llegar al descubrimiento de una vacuna que sea una panacea, la cual sinceramente pongo mucho en duda lograr alcanzarla, dadas las características de este virus. No soy tan bohemio, cuando tenemos un rival con la estructura molecular de este patógeno.

FINALMENTE: Las exigencias de la micro y macro economías nos están llevado a tener OBLIGATORIAMENTE la necesidad de abrir las puertas. Sin economía es insostenible mantener la estabilidad biológica y psicológica de los seres humanos. En pocas palabras: MORIREMOS TODOS.

Una vez abiertas las puertas nos queda un sólo recurso: El comportamiento individual. Quien sea disciplinado en el cumplimiento de las enseñanzas recibidas a través de los medios de comunicación, donde están interviniendo profesionales altamente calificados, SOBREVIVIRÁ. Los demás estarán condenados a morir. ESTA ES UNA CONCLUSIÓN CATEGÓRICA, porque no podemos seguir con las puertas cerradas y tampoco podemos controlar la irresponsabilidad individual. Esta disyuntiva no podemos perderla de vista ni por un segundo.

Un saludo afectuoso y que Dios nos proteja.