¿Quién sana a quién?

12.07.2021

Por: Mariano Cañizares Parrado.

Cuando atiendo a mis pacientes y empiezan a contarme la historia de todas sus dolencias y sufrimientos, de una manera muy noble detengo su catarsis. Sólo les digo. Vamos a estabilizar su estado físico en 15 días y en la próxima consulta si aún quiere hablarme de sus infortunios, le prometo tener mucha paciencia para escucharlo, comprenderlo y ayudarlo. En un 99% de los casos, en la siguiente consulta pareciera habérseles olvidado toda esa terrible historia, que traían minuciosamente organizada para contármela.

Todo está condicionado a un principio expresado en artículos anteriores. "Los estímulos psicotraumatizantes, precipitantes y desencadenantes de alteraciones en la dirección de nuestros pensamientos, no existen. Todo depende del modo personal, individual para percibir y procesar la información recibida por los órganos sensoriales. Si contamos con un óptimo estado bioenergético, la respuesta será racional, compensada y autorregulada".

Una simple pregunta es suficiente para aclarar lo planteado: ¿Cuánta influencia puede tener la dirección del pensamiento en la sanación de enfermedades incurables de carácter orgánico?, como algunos tipos de cáncer de células pequeñas.

No es menos cierto. He sido testigo de pacientes que se han recuperado totalmente de este tipo de enfermedad. Sin embargo, cuando los he entrevistado, sólo ha sido con una única pregunta. ¿Se curó porque usted se lo propuso mentalmente, o tomó otro tipo de medidas en su comportamiento diario?

Las respuestas más comunes me han permitido sentirme preparado. No es una contradicción. Lo empírico es parte del conocimiento científico.

  • La fe y la esperanza para seguir viviendo, nunca se debilitaron. Aquí está implicada la dirección de los pensamientos, pero observen detenidamente las demás actitudes constatadas.
  • Empezaron a cumplir con rigor, horarios alimentarios.
  • Se preocuparon por eliminar alimentos y conductas dañinas. Sobre todo, aquellas que pueden generar concentración de nitrosaminas.
  • Autodidácticamente o con orientación profesional, comenzaron a ingerir alimentos bien combinados.
  • Dejaron de trasnochar, consumir alcohol, fumar, tomar café en exceso y sustancias sometidas a proceso de fermentación.
  • Comenzaron a bañarse con agua a temperatura corporal dos veces por día: Al levantarse y al acostarse.
  • Estudiaron técnicas Yogas. Tanto de posición como respiratorias.
  • Se trasladaron a vivir al campo, en condiciones totalmente naturales. Libre de aparatos electrónicos y del smog y los ruidos de las grandes ciudades.
  • Se cuidaron de tomar sol entre las 09:00 a.m. y las 04:00 p.m.
  • Se protegieron de las llamadas enfermedades oportunistas, que pudieran afectar las defensas y deprimirlos inmunológicamente.
  • Su propia preparación, los hizo mantenerse más controlados emocionalmente.
  • Y como si fuera poco, comenzaron a realizar actividad física diariamente.

¿Quién sanó a quién? La toma de consciencia justifica la dirección positivista de los pensamientos, pero las actitudes y conductas diarias son sin duda, la causa principal en la desaparición de la enfermedad.

Como siempre. Un abrazo para todos y uno para mí, y que Dios nos siga protegiendo.

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